Humanización de los Cuidados de Enfermería en la Labor de Parto

La humanización de los cuidados de enfermería en el parto tiene como objetivo rescatar el carácter fisiológico del proceso, la individualización de los cuidados, el papel activo de la mujer y fomentar su participación en la toma de decisiones. Para ofrecer una atención más humanizada, la Guía de Atención Integral a las Mujeres Niños y Niñas en el periodo prenatal, parto y posparto, reconoce a la enfermera como uno de los profesionales más adecuados para el cuidado del parto normal de bajo riesgo.

Las mujeres cada vez más buscan hospitales en los que se respeten el parto fisiológico y se ofrezcan unos cuidados humanizados. La opinión de las mujeres suele definir el cuidado de enfermería como humanizado. Hay un gran número de prácticas a realizar durante el trabajo de parto para hacer este proceso más llevadero y menos doloroso, siendo la enfermera obstetra, en conjunto con la mujer, la responsable en el elegir el recurso más adecuado para la situación. En las consultas prenatales, la enfermera obstetra, puede proporcionar información diversa para que la mujer pueda elegir la forma en la que quiere parir, haciéndole protagonista de su parto.

Todas las decisiones que la mujer tome deben ser respetadas por todos los profesionales que intervengan en el proceso. Las mujeres cada vez más, optan por un parto normal dejando aparte el modelo biomédico y la sobremedicalización. Los trabajadores se justifican en que las prácticas facilitan el trabajo al propio trabajador, sin considerar las necesidades y los derechos de las mujeres. La adopción de estas prácticas parece tener relación con la falta de un protocolo de atención al parto normal y humanizado basado en la evidencia científica, ya que la opinión de los trabajadores resulta superior que las recomendaciones de la OMS.

La institucionalización de los partos ha supuesto una disminución en las cifras de partos normales. Las obstetras más jóvenes y con menor experiencia vienen a refrescar las prácticas que realizan alrededor de la labor, pudiendo justificarse por la diferencia en la educación recibida durante su formación. Asimismo, las nuevas generaciones de obstetras se caracterizan por tener actitudes a favor del parto normal y mayor motivación para contribuir en la sociedad y ayudar a los demás, lo que no significa que las obstetras de mayor experiencia no estén sensibilizadas con la atención respetada, pero si han tenido más trabajo para “deconstruirse” y adoptar nuevos esquemas.

La humanización de la asistencia aún debe trabajarse entre los profesionales en salud, esto debido a las resistencias culturales que impiden un cambio de mentalidad en los profesionales y unos cuidados individualizados; de ahí que se deban mejorar los espacios de sensibilización, formación y actualización para lograr un cambio significativo en los modelos de atención de la usuaria obstétrica.

Desde la atención primaria, la enfermera obstetra, puede ejercer el rol de educadora y cuidadora a la vez. El papel educativo de las obstetras permite a las mujeres reflexionar y comprender el proceso de gestación y del parto, así como los fenómenos que ocurren durante el mismo. La visión que las mujeres tienen acerca de la atención humanizada es errónea, ya que muchas veces relacionan la humanización con ausencia de dolor. Con esta perspectiva, las mujeres se sienten frustradas al percatarse de que un parto normal y unos cuidados humanizados no significan sin dolor. Las mujeres no sólo necesitan información sobre la sintomatología durante el parto, sino que el refuerzo educacional acerca de los recursos disponibles y los cuidados a realizar aumenta la seguridad y la capacidad de autocuidado de las familias. De acorde a las recomendaciones del Modelo de Atención Calificada en el Embarazo, parto y post parto; la utilización del Plan de Parto fomenta el uso de prácticas basadas en la evidencia, y a pesar de que no se alcanzan todavía las cifras recomendadas, se ha visto un notable aumento en su aplicación. Cuando las mujeres son informadas de los beneficios y los riesgos del parto normal y la cesárea, tienden a elegir el parto normal por el deseo de tener una recuperación más rápida y un menor riesgo de complicaciones. Es importante mejorar el aporte de información por parte de los profesionales de enfermería obstétrica, lo que apoya la importancia de la educación prenatal para la satisfacción de las mujeres.

En conclusión, la satisfacción de las mujeres respecto a la atención prestada por la enfermera obstetra suele ser muy buen, destacando su trato cordial, su capacidad de empatía y de transmitir seguridad y confianza. En comparación con los profesionales médicos, las obstetras obtienen mejores cifras en cuanto a prácticas recomendadas por la OMS, a un cuidado más humanizado y a la satisfacción percibida por las mujeres. Como profesionales sanitarios debemos responder ofreciendo unos cuidados basados en la evidencia científica que fomenten el empoderamiento de las mujeres y la participación activa en todo el proceso. Cada vez más mujeres demandan una mayor humanización de los cuidados y un mayor protagonismo durante el proceso de parto.

Eduardo Hdz G

Hola, soy Eduardo, profesional en enfermería obstétrica!!
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